jueves, abril 26, 2007

Depresión Post-concierto


Durante más de un mes mantuve firme mi alusión a Drexler en mi nick de MSN. Ni hablar de todo lo que transmití y escuché al mismo desde que supe que vendría por fin a realizar ese concierto que en Santiago se estaba pidiendo.
Por fin ayer fue el día y, que suene cliché y lo que sea, pero de verdad fue mucho más de lo que esperaba.
Una puesta en escena precisa y preciosa, minimalista con cuatro pantallas que mostraban imágenes, una vez más, precisas y de gran calidad. Una banda compuesta con músicos de primera, quienes además gozaban de un fiato que se agradece en conciertos que no pueden durar toda la noche. Y duró bastante (dos horas y media aprox); siempre poco, eso sí, para los que coreamos felices canciones antiguas y nuevas de este compositor uruguayo, otorrinolaringólogo y gracias a dios, músico
Paulinho Moska no hizo más que completar la noche llena de sorpresas (como el hno de Drexler cantándole a la comuna de Peñalolén), y dejar la vara tan alta que es difícil volver a la vida real después de toda la magia.
A mí siempre me pasa por lo menos. Al día siguiente de un concierto en el que casi lloraste de lo lindo que estuvo, me viene la depresión post-concierto. Es que uno piensa de verdad que el grupo o cantante está cantándole a uno, más si hay una comunicación tan fluida con el público. Pero luego se acaban los bis, se prenden las luces y buuu sólo se le tiene de nuevo en la lista de reproducción del computador (bueno, yo grabé trozos del concierto, algo que me sirve de consuelo). Pero bueno, también es por eso que se disfruta tanto... porque un buen concierto, como el de Drexler anoche en el teatro Caupolicán, nos deja siempre con la inquietud de seguir al intérprete y autor, hasta que vuelva a asomarse por estos lados. De verdad un lujo. Agradezco a Natalia y a Javier por la invitación.
Las fotos las saqué con mi superultra zoom electrónico jojojo, me cuentan si las usan.

jueves, abril 19, 2007

Ida y Vuelta


Vayan a ver esta linda expo al MAC Forestal, los trabajos de años y años de la siempre femenina (pero no por eso menos fuerte) Roser Bru.
Vale la pena absolutamente, y es sólo hasta este domingo 22 de abril.
Aquí info sobre esta muestra denominada "Trabajos de Ida y Vuelta"

lunes, abril 09, 2007

Shastá, son 25


Así es. Ya llegué al cuarto de siglo, esa edad que aparecía en el imaginario infantil-occidental-casimoderno, como el momento en que las cosas estarían claras, y una ya sería profesional (digamos que la tarea ya está hecha), y en algunos casos, casada y ojalá lista para tener hijos. Bueno, menos mal no ha pasado nada de lo último; ni tampoco fui bailarina como todas queríamos a los 5 (fiu!).
Pero tengo bastante y no me puedo quejar. El sábado cumplí años y tengo a mis amigos que estuvieron conmigo tarde y noche, a él que estuvo noche, día, tarde, noche y día otra vez conmigo este fin de semana santo-cumpleañero. Tengo mi familia, mis amigos que desde lejos me envían sus deseos, mis amigos que aún se ocupan de excusarse por no haber ido a mi fiesta o no haberme llamado el día 7 correspondiente...
Tengo un año lleno de proyectos hermosos para cumplir.
Y estoy (todavía) más cerca de los veinte que de los treinta, así que ya habrá momentos para empezar a pensar en eso que (se supone) a los 25 estaría resuelto.