miércoles, julio 30, 2008

Los 10


La idea de Grandes Chilenos, la encontré chora el año pasado cuando empezó. Voté y todo. Cuando apareció la publicidad este año, enfrentando a Gabriela Mistral con Violeta Parra, o Lautaro con Arturo Prat, me hizo pensar en lo anacrónica y poco acertada de ésta. Poner personas de contextos diferentes, de tiempos distintos, de habilidades desiguales, a competir por ser el más grande, me perdonarán lo grave, lo encuentro una falta de criterio. Porque todos son grandes. ¿Qué es eso de poner a competir a artistas con militares y a creadores con políticos? Peras con manzanas para mi gusto.

En fin.

A pesar de esto, reconozco muy bien que con la compra de los derechos de esta idea original de la BBC, tendremos el importante aporte de diez documentales, realizados y conducidos por chilenos, lo que resulta hasta generoso en una parrilla programática tan pobre de creaciones nacionales de calidad.

Lo que me causa más curiosidad ahora, es que Arturo Prat, aún sin haber sido emitido el capítulo de su docu-defensa, esté encabezando el ranking. Ok, esto puede ser tomado como un juego, y claro que es lindo jugar, pero igual no deja de ser reflejo de nuestra idiosincrasia al menos un par de cosas.

En primer lugar, que gran parte de los elegidos de una larga lista, hayan sido personajes con la historia truncada (tal vez de ahí su calidad de héroes no?). Es decir, Víctor Jara, Lautaro y Manuel Rodríguez, asesinados. Salvador Allende y Violeta Parra suicidados por su causa quebrada e incomprendida. Alberto Hurtado y Pablo Neruda muertos por enfermedad antes de los setenta años (aunque la obra de ellos estaba avanzada para su muerte).

Y en segundo lugar, me llama la atención que quien encabeza la lista sea un militar. Un marino que desde que tenemos uso de razón nos inculcan como héroe nacional. Nadie sabe muy bien por qué. Sólo está inscrito por osmosis en nuestras cabezas, que él es el héroe por decir al abordaje muchachos y lanzarse al barco enemigo, lo que le costó la vida. 21 de mayo día de la glorias navales, Chile rinde honores a sus héroes y blablablá.

Al chileno le gustan los militares (y le han enseñado a que le gusten). Y si no son militares, le gustan los que hablan fuerte y golpean la mesa; y aún se considera que la historia chilena tiene que ver con eso: con combates, militares, guerras y frentes. Y no es que esté ajeno. Chile es un país políticamente constituido, por lo que su historia militar es PARTE de la historia, pero no es LA historia. Entonces me pregunto por la baja votación de próceres como Violeta Parra o Gabriela Mistral. Mujeres, nuestras, creadoras y compiladoras de lo más importante de nuestra cultura nacional.

Pero no. La palabra héroe, o grande, todavía está en nuestro inconsciente colectivo guardada para esa historia sesgada que aprendimos durante años en las escuelas, colegios y liceos chilenos. Para esa historia llena de batallas que nunca entendí. Y que aún ahora, ejerciendo el oficio de historiadora, me cuesta comprender a cabalidad.

A un país no le sirven los bototos y la espada, si no tiene alma. Y ese alma, también puede ser heroíca, grande y prócer. Eso es algo que a veces, hace falta recordar.

Nota 1: Mañana miércoles por TVN conozca más que la famosa frase sobre Arturo Prat.

Nota 2: Descubrieron algunas intervenciones malévolas en las votaciones por internet en favor de Prat. Pero aún descubierto esto, el marino sigue encabezando la lista.

sábado, julio 19, 2008

After Life


Esta semana se estrenó en Bazuca (diez años después de su estreno en cine) la película japonesa “After Life”, dirigida por Hirokazu Kore-eda, y en la cual actúan Erika Oda, Kei Tani, Susumu Terajima, Hisako Hara, Takashi Naito (por si los nombres de actores son su fetiche).

Para contar rápidamente la trama, se puede decir que trata de una oficina (con cara de hospital antiguo), en una gran casa con jardines interiores, deteriorada por el paso del tiempo, en el cual reciben nada más y nada menos que personas que han muerto recientemente. Pero no llegan ni dañadas, ni baleadas, ni sangrando. Para nada, llegan caminando igualito a cuando estaban vivos.

Esta institución (que tiene imagen corporativa y todo, y posee empleados con mucha paciencia a cargo), tiene la singular misión de hacer recordar a sus huéspedes, el momento más feliz de sus vidas, para de esta forma recrearlos y rodarlos de una manera adorablemente amateur. Luego de rodado, ese recuerdo será lo único que llevarán para el paso siguiente en su camino post-mortem.

La película es adorable. Tiene el ritmo pausado de quien no tiene apuro, ni siquiera porque los huéspedes sólo tienen tres días para decidir su mejor recuerdo. Sus personajes también son tan amables que es imposible no enamorarse de un par. En cuanto a la factura más “técnica” (si es que puede separarse del efecto que nos produce a nivel integral), acciones como el corte directo en las entrevistas a los recién llegados, o la inclusión de imágenes en vhs, con esa textura que sólo el vhs nos hace recordar, demuestra la fineza utilizada en recursos mucho más sensibles que artificiosos para hablar de la muerte.

A ratos, pareciera que estamos frente a un documental y no frente a una película de ficción, que por cierto se autocita a si misma, estableciendo rodajes enmarcados, al recrear los recuerdos elegidos por los huéspedes. Esta cita al documental se da principalmente por las naturalistas actuaciones de ciertos personajes. Por lo pausado de ciertas secuencias, por los cortes directos anteriormente mencionados, y por la realista dirección de arte del film

El misterio y la tensión de la película, lo pone un personaje que se reencuentra con aquello que más amó. Muchos, pero muchos años después.

Arriéndela y véala. No se va a arrepentir, se lo digo en serio.

martes, julio 15, 2008

Otoño Secreto

Cuando las amadas palabras cotidianas
pierden su sentido
y no se puede nombrar ni el pan,
ni el agua, ni la ventana,
y ha sido falso todo diálogo que no sea
con nuestra desolada imagen,
aún se miran las destrozadas estampas
en el libro del hermano menor,
es bueno saludar los platos y el mantel puestos sobre la mesa,
y ver que en el viejo armario conservan su alegría
el licor de guindas que preparó la abuela
y las manzanas puestas a guardar.

Cuando la forma de los árboles
ya no es sino el leve recuerdo de su forma,
una mentira inventada
por la turbia memoria del otoño,
y los días tienen la confusión
del desván a donde nadie sube
y la cruel blancura de la eternidad
hace que la luz huya de sí misma,
algo nos recuerda la verdad
que amamos antes de conocer:
las ramas se quiebran levemente,
el palomar se llena de aleteos,
el granero sueña otra vez con el sol,
encendemos para la fiesta
los pálidos candelabros del salón polvoriento
y el silencio nos revela el secreto
que no queríamos escuchar.

Jorge Teillier

miércoles, julio 09, 2008

Shid-e

Dice el mito que en Pixar, sus trabajadores escriben sus ideas en bloques en las paredes, y que esos bloques son retirados cada noche. Dicen también que como les gusta tanto trabajar ahí, se vieron obligados a trasladar sus hogares y familias al lado de los estudios, porque no había caso que quisieran irse para la casa.
Si todo eso, da como resultado una película como ésta... Deberían comenzar a darle una vuelta esos jefes mandones y explotadores. El mundo sería taaan diferente.
No se pierda Wall-e; es una de las buenas cosas que dura aún en cartelera.

lunes, julio 07, 2008

Depresión Post-Lasek


Perdón que me ponga repetitiva con el tema, pero debe entender Ud. amable lector o lectora, que yo usaba lentes desde los cuatro años, sin interrupción temporal alguna.

Entonces, una cosa es acostumbrarse y sanar la herida ocular que me dejó el tratamiento lasek (harto más doloroso y complejo que el lasik), y otra cosa es acostumbrarse a que tu rostro cambió.

Y todos estos días no me gusta nada verme sin lentes (súmele Ud. que a mí los cambios me producen un rechazo natural. Si, sí, ya sé que los cambios son tan buenos a veces, pero bueno, es lo que hay).

Cuando me miro en el espejo en las mañanas, puedo decirle con toda sinceridad, que no encuentro nada extraño. En la intimidad de mi hogar era usual verme sin lentes. En la ducha y al dormir, eran las únicas instancias en que no los usaba. Pero el domingo recién pasado, fuimos con Marcel a subir los cerros del Cajón del Maipo a caballo (paseo que dicho sea de paso, recomiendo absolutamente, me escribe un correo, y le mando los datos), y cuando vi las fotos, no podía reconocer a esa que salía con la cordillera de fondo (que era yo, claro). Y no porque no vea lo suficiente, sino porque, ¿Quién es esa paliducha ojerosa sin lentes? Dije en un segundooo!

Esta semana tengo control. Y quiero que el Dr. Oftalmólogo me diga que tengo que usar lentes para el computador y para leer. Porque como cuando uno no puede desprenderse de lo que más ama, toma cualquier camino para aminorar el golpe. Aunque sea tenerlos ahí, y saber que se puede recurrir a ellos en caso de emergencia.

miércoles, julio 02, 2008

Quizás Nunca Terminemos con el Digital


El mes pasado conversé con Ignacio Aliaga, Director de la Cineteca Nacional, a propósito del Primer Seminario Latinoamericano de Archivos Audiovisuales.
Fue una agradable y súper interesante charla.
¿Sabe Ud. cómo se conservan los archivos audiovisuales en nuestro país para que las generaciones futuras tengan acceso a lo que se produce hoy?
Le cuento que estamos años luz de países como Francia por ejemplo. Pero se están haciendo cosas. Hay voluntad y conciencia de una necesidad de acción y de gestión al respecto.

Para ver la entrevista (publicada en la revista Onoff) haga click aquí.

martes, julio 01, 2008

Bicolor


La vida es rarita
como cuando te hacías amigos en la playa el último día de vacaciones
o te enfermabas de la guata justo antes de la kermesse del colegio

Un misterio

Las buenas y las malas noticias están todas revueltas esta semana
ni siquiera puedo diferenciarlas la una de la otra o decir si hay realmente malas nuevas
Y no es que sean así noticias simplecitas;
para nada.

Lo que sí es cierto,
es que los asuntos estos, tienen su razón
Y que la vida da y quita
(y debería salirle una jorobita)