domingo, abril 26, 2009

Por Él

Si un día tengo un hijo,

se llamará Pedro.

jueves, abril 23, 2009

De puro gusto


Un amiguito me puso en el muro de FCBK este link.
Y me encontré en el número 387 (parece que varía).
Qué chori.
Y una que hace esto de pura necesidad y gusto.
Así como de adentro.

martes, abril 21, 2009

Prejuicios


Hoy día, mientras caminaba a la hora de almuerzo por Isidora Goyeneche, altura Plaza Perú, pensaba que podría haber elegido una profesión u oficio que fuera más normal. Digamos como "normal" trabajar de nueve a seis. Alisarme el pelo teñido rubio, ir al gimnasio, usar tacos y cartera oscura. Ropa seria digamos. Diseños derivados de mil malformaciones de Cocó Chanel.
Ir de Happy Hour, al solarium, coquetear con el compañero del escritorio del frente, enterarme de las intimidades de la gente de la oficina porque sólo estamos separados por paneles de género, que no nos permiten vernos, pero sí escuchar hasta los suspiros.
Y entonces trabajaría para pagar mi auto nuevo, mi departamento con conserje, mis vacaciones en Punta Cana y, quizás, de no estar conforme, una rinoplastía o una lipo.
Y si de ganar se trata, tal vez me buscaría al tipo con mejor cargo, me teñiría más rubia, iría más al gimnasio y al solarium, y le haría los puntos hasta obtener lo que quisiera. Eso, aunque en realidad estuviera enamorada. Entonces se pensaría que mi vida es muy fácil.
Alguien como yo, caminando con jeans y zapatillas, apestada de los oficinistas de esa mala copia de USA que es ese barrio, pensaría que mi vida está hueca y perdida en una sociedad de consumo cruel.
Esta es una buena canción para este desdoble prejuicioso.

viernes, abril 17, 2009

Tengo un problema.
Leo los mails y no los contesto.
Pero mayor es el problema de querer contestar todo,
sin parar nunca de comunicarme.

lunes, abril 13, 2009

Farewell



Me suena el martillar de las marimbas que introducen la versión de Farewell que Pedro Aznar hizo para este poema de Neruda. Y canta "Amo el amor de los marineros/que besan y se van" (...) "Amor divinizado que se acerca/Amor divinizado que se va"
Y el piano entregando un respiro de mar

Y desde la terraza es posible perderse en los barcos del puerto

E irse con ellos
sin ganas de volver a mirar la orilla que se dejó atrás.

martes, abril 07, 2009

Crisis 2.0 y El Valor del Matiz


De pronto, en un par de minutos no más, me pongo a pensar en todas las cosas que venimos escuchando hace tanto tiempo sobre la crisis. Hace tiempo me refiero, tipo inicios del año 2007 cuando leí una columna de alguien muy bien informado, que afirmaba que la crisis venía con todo, y que no sería una crisis cualquiera. No me acuerdo quién fue el que escribió aquello. Pero lo que sí recuerdo, es que reflexioné sobre la idea de una crisis diferente.

Por un lado lo encontré una ilusión. Porque los seres humanos (los más occidentales al menos)nos caracterizamos por olvidar rápidamente, leer poco y nada de historia, y buscar el momento, lugar o episodio "único" que nos marque como generación. Pero en mi humilde trabajo como investigadora_historiadora, basta estar un par de días leyendo prensa de principios de siglo XX, o cualquier época medianamente lejana, para darse cuenta que los problemas sociales son los mismos, básicamente generados por las mismas razones: Los que tienen mucho quieren tener más, y alguien debe pagar por ello. De ahí los eternos temas: pobreza, inequidad, reemplazo de la justicia social por la caridad, ceguedad ante la llegada al poder, etc... La condición humana que le dicen.

Por otra parte, también tuve esa sensación, corroborada hoy por los cientos de comentarios que escuchamos a diario sobre esta crisis, que el asunto tenía una particularidad.

Se comprende que toda crisis genera un cambio, una transformación (Crisis viene de Cretae, que es crecer según me enseñó un profesor), y todas las que se han sucedido, han acarreado algún tipo de transformación para los seres humanos. En la que estamos sumergidos ahora, trae consigo un bonus que, creo, sólo veremos a largo plazo: un cambio de paradigma. No quiero ponerme Gramsciana, ni Hegeliana, ni Marxista, ni nada (no los conozco lo suficiente como para adentrarme en ese tipo de retóricas), pero no tengo ninguna duda que este cambio es el fin de ese capitalismo neoliberal que nació en el siglo XX y que apostaba por la milagrosa autoregulación del mercado mediante la oferta y la demanda. No, así no funcionó la cosa. Hasta los antiguos Chicago Boys buscan hoy una forma de tapar el hoyo de la librecompetencia (ni hablar de colusiones, monopolios y esas cosas).

Tampoco funciona, como hemos podido ver, un Estatismo total. Ni blanco, ni negro. ¿Es que nos cuesta tanto a los seres humanos comprender y poder llevar a la práctica el valor del matiz? Y no es que diga que esta sea una idea nueva. Para nada. Pero nos ha costado un buen tiempo poder llevar esta idea a la práctica.

Hoy día todo el mundo discute, y mucho. Que fue culpa de Bin Laden y las torres. Que fue culpa de Bush y su obsesión ridícula de ganarle al terrorismo (con más terrorismo). Que fue culpa de la banca privada y la especulación; de las clases medias aspiracionales, de las políticas económicas de USA. Hoy leí en el diario que se le ha culpado a Harvard por no enseñarle a sus alumnos cómo podía enfrentarse esta crisis (!) Y es bueno que se discuta. Siempre y cuando se asuma la responsabilidad que cada sector tiene en el derrumbe de un sistema que venía generando cánceres hace tiempo. Pero los seres humanos somos muy especiales. Por un lado tenemos la necesidad absoluta de vivir junto a otros para poder subsistir, pero por otro, un absurdo individualismo que nos ciega. Hasta que nos topamos con la necesidad de cambio.

Pero un cambio en serio. No partiendo de la nada, ni creyendo que nadie ha sufrido lo que nosotros. Tampoco un cambio culpando al otro de todo lo que hizo y pudo haber hecho. El tema es el cambio y el matiz. El matiz de aprender que existe un paso a paso y que nadie, por genio que fuere, aprendió a caminar ni a hablar cuando salió de la guata de su mamá. Algo que suena tan elemental, pero que a su vez tiene tantas minucias de las que es posible aprender.

viernes, abril 03, 2009

Pedro Chaskel

El nombre de Pedro siempre me sonó conocido. Como esas personas que uno sabe que son importantes, pero no tiene mucha idea de por qué ni de dónde. Era evidente; crecí viendo Al Sur del Mundo.
Por alguna parte me debía sonar su nombre a los 14 años.
Entonces me comenzó a gustar el cine. Y ya vinculé su nombre a títulos como La Batalla de Chile o El Chacal de Nahueltoro. Entonces luego estudié el pregrado y luego el postgrado, y de un día a otro, me encontré con él corrigiendo mis más humildes intentos por hacer documentales. Y me sentí las más afortunada de todas.
De un día a otro, nuevamente, me encuentro trabajando con él. Y nos damos un abrazo en el pasillo cuando nos encontramos. Y un día cualquiera como hoy, se convierte en un mejor día cuando comparto un almuerzo con él.
El querido Pedro Chaskel ganó el premio Pedro Sienna a la trayectoria, y se aplaude, porque él los merece todos.
Porque es el mejor montajista que ha tenido Chile, porque su aporte al cine y al documental chileno es invaluable. Pero también porque es un ser adorable. Un maestro de esos que uno agradece siempre conocer. Y porque está más vivo que nunca no sólo en sus películas, sino en todos los miembros de las nuevas generaciones que siguen aprendiendo de su generosidad y talento.
Merecidas felicidades para él.
De bonus les dejo en exclusiva el maravilloso discurso que dio en su premiación(*):


Amigos todos,

Permítanme empezar con una reflexión a nivel personal :

Vengo de una familia judía establecida en Alemania durante varias generaciones. Presencié durante el año 1939 como mis padres buscaban desesperadamente un país que les diera visa para emigrar del infierno que se nos venía encima. Finalmente obtuvieron la visa de un país llamado Chile. Sé que si este país no nos hubiera acogido hoy, yo no estaría con Uds.... simplemente no estaría mas.

Ante esta salvadora acogida para mi y mi familia, siempre he sentido una deuda pendiente con éste, que hace ya 70 años, es definitivamente mi país.

Si miro hacia atrás me encuentro además con que pude estudiar gratuitamente en la secundaria y en la universidad... sin lo cual tampoco estaría aquí ante ustedes...

Por otra parte, si la estatal Universidad de Chile no hubiera asumido, gracias a la acción visionaria de su Secretario general Alvaro Bunster, el apoyo material y económico al renaciente cine documental, me refiero al Centro de Cine Experimental de Sergio Bravo primero, al Depto. de Cine después y a la creación de la Cineteca Universitaria, (la misma que ahora estamos re-fundando en nuestra Universidad), pues es muy probable que tampoco habría llegado hasta aquí.

No puedo dejar de mencionar los conocimientos recogidos durante mi iniciación a la realización cinematográfica con Naum Kramareco, la enriquecedora colaboración con Sergio Bravo y posteriormente con Patricio Guzmán, y la gran experiencia de participar en la serie "Al sur del Mundo" con Francisco Gedda..

Pero sobre todo y muy especialmente, a la participante en casi todos mis documentales, a su permanente apoyo crítico, su valioso aporte creador, su respaldo como investigadora, entrevistadora y a veces hasta locutora, me refiero a Fedora Robles, mi compañera chilena desde el principio en esta aventura del cine y madre de mis hijos.

Sin todos ellos no sé si hubiera logrado llegar hasta aquí.

Y por último, -y no es lo menos importante- también están los fructíferos 10 años que permanecí realizando documentales en Cuba, gracias a la generosidad del ICAIC y del pueblo de ese país.

Sin embargo tengo claro que mi compromiso principal es con la deuda que tengo aquí.

Es por todo esto que les agradezco especialmente el reconocimiento que se me otorga hoy, pues me indica que a lo largo de todos estos años y con lo que he podido aportar, he pagado por lo menos una parte importante de esta deuda.

Ahora que mi trabajo principal es la docencia y he llegado a cierta edad (que es por lo demás la que permite este premio) quisiera hacer algunas reflexiones de viejo profesor destinadas a los mas (o menos) jóvenes que me quieran oír :

Ya saben que lo mío es el documental. Y el documental tiene que ver con la realidad y con la verdad. Es de ella que surge nuestra inspiración y es hasta aquella que aspiramos llegar.

¿Qué les puedo decir?

Cuando digo que de la realidad nos viene la inspiración me refiero a las vivencias, a las emociones, al descubrimiento, la denuncia, el entusiasmo, la admiración, el rechazo, la indignación…

Ello se logra, en la mayoría de los casos, por medio de la curiosidad, de la observación, la investigación. el conocimiento en profundidad...

Es a partir de todo esto que nos podemos acercar a la verdad, a nuestra verdad, a la que cada uno considera honestamente su verdad.

Y esta verdad tiene que ver con develar lo que hay más allá de la realidad inmediata. La mirada del documentalista puede develarnos incluso aspectos terribles sin perder su calidad poética (Noche y Niebla).

Para lograr esa mirada es necesario que a la vez de respetar la realidad, nos apropiemos de ella, nos sintamos parte de ella.

Yo diría que en el proceso creativo del documental, se enfrentan dos mundos, el mundo exterior a nosotros, y el mundo interior nuestro (porque cada uno de nosotros es también un mundo). De lo que se trata en este proceso es de establecer las relaciones mas estrechas entre ambos, de lograr una empatía, una resonancia, de ponerlos en una intensa relación de amor, o muchas veces de odio, no importa cual de los dos, lo importante es la relación, la resonancia.
Pienso que a partir de todo esto, sumado a la sensibilidad del autor, se irán conformando buena parte de los medios de expresión a emplear, el punto de vista de cada cual, en definitiva el estilo personal del documentalista. Esto no es fácil, ocasionalmente se da como una flechazo, como una iluminación, pero la mas de las veces es una lucha larga, permanente y encarnizada, y en mas de una ocasión recién termina en la mesa de montaje, pero es necesario y vale la pena darla para lograr la libertad y la lucidez necesaria para convertir el documental en una expresión artística.

En este contexto de la libertad de la expresión artística quisiera agregar otra reflexión:

Lo único que le está definitivamente prohibido a un documentalista es mentir conscientemente. Puede haber equivocaciones, errores, pero no mentiras, aunque sean en función de la mas exquisita elaboración estética.

Cuando se muestra un documental al público, hay un compromiso implícito de que lo que verán efectivamente ha pasado, que es cierto, que no está tergiversado o manipulado.

Obviamente siempre hay una interpretación de la representación de la realidad que manejamos, pero la honestidad con ella y consigo mismo sí es algo indispensable.

Antiguamente cuando se veía en la pantalla una toma, se podía tener la seguridad que el registro de la cámara correspondía a lo que pasaba frente a ella. Hoy día, con las herramientas electrónicas, todas las alteraciones son posibles, el valor testimonial de la imagen filmada ya no existe. Y entonces lo único que nos queda es la honestidad.

Joris Ivens planteaba durante una entrevista en 1965, es decir hace más de 40 años atrás:

"Nuestras posibilidades técnica hoy día han crecido enormemente. Durante los años 30, cuando tratábamos de mostrar la realidad y la verdad, nuestra honestidad e integridad eran idénticas a las de los documentalistas del presente. Mi generación usaba luces y cámaras de fácil manejo, pero ahora la técnica -gracias al sonido sincrónico y las películas de altas sensibilidades que hacen las luces innecesarias- permite aún mayor espontaneidad. Pero no necesariamente por eso una mayor verdad del material filmado. Pienso que con un autor responsable la espontaneidad del material es solo un elemento de la verdad fundamental de la obra. (Fin de la cita).

La relación entre el deslumbrante avance tecnológico actual y: “La verdad fundamental de la obra” que menciona Ivens es un tema como para que nos quedemos pensando...

(*) Enviado por él mismo

Fotos: Pedro Chaskel en la visita de Joris Ivens a Chile en 1962. Pedro Chaskel revisando material en la cineteca de la Universidad de Chile en diciembre del 2008.