martes, noviembre 10, 2009

De-bate


No he podido ver los debates en directo, ni tampoco sentir el comentario tuiteado minuto a minuto o del día posterior directamente, pero estuve viendo y pinchando algunas imágenes, el video en canal 13, y con sólo ver entrar a los candidatos...
Me da la impresión Arrate es como el abuelito con quien me gustaría almorzar los domingos, que me contara historias, me enseñara sus libros, me pudiera venir a Europa con él de viaje...
MEO el jefe histérico, bien típico de productora, el que nadie quisiera tener. Porque sonríe cuando amaneció de buenas y es capaz de gritonearte, olvidándose de cualquier buen modal de un segundo a otro. Se gana los fondos, pero paga mal, no cuida a la gente. Tiene alma de jipi dictatorial.
Piñera es el jefe al cual nunca verás. El notario detrás de la puerta, el decano de la facultad que te saluda el primer día de mechón, el senador por el que votaste sin saber si alguna vez en tu vida, te representó. El jefe que da un discurso con sabor a cartón en una comida de la empresa y luego se va, ocultando la cara de asco.
Y Frei. Es como el papá bonachón. El que podría aportar harto en la reunión de apoderados, porque es muy inteligente, pero es tímido (y tiene una mujer que habla demasiado). Es el papá que se la juega y podría trabajar más para pagarte un viaje al extranjero, que ayuda ojalá siendo anónimo a alguna amiga tuya. El papá que va a dejar a todos tus compañeros y amigotes después de una fiesta de octavo básico, con un poco de cara de enojado, porque tiene q trabajar al otro día, pero lo hace igual. Es mejor eso a que los niñitos se queden botados en la calle.
Et voila.
No tengo dudas por quién votaría en primera y en segunda vuelta. Pero no es que lo haga por una convicción que me salga de adentro (qué envidia a quienes sienten eso todavía por la política). Por lo demás, me encantaría que se hubieran puesto de acuerdo en Chile, para que los chilenos que estamos en el extranjero, pudiéramos ejercer nuestro derecho cívico.
Peras al olmo todavía parece.

lunes, noviembre 09, 2009

Chance


Me siento una suertuda. Como el gato de ALF que siempre se salvaba de ser comido por el mono peludo este. Cuando me siento así, me imagino pintando algo de hartos colores. Podríamos decir que esta sensación es amarilla, verde (en hartos tonos), rojiza clara. Luz. Un celeste bien iluminado de fondo.
Así, sí. Como el cielo de Mantes, el pueblo donde vivo.
De olor tiene un suave olor a orquídea y vainilla; y algo de café al atardecer.
Y aunque cada día esté más frío por estos paralelos, me llegan abrazos maravillosos de todas partes. Visitas reales, abrazos virtuales, sorpresas luminosas. Y claro, da miedo ser tan suertuda a veces. Pero mientras dura, pucha que lo estoy disfrutando.

jueves, noviembre 05, 2009

Viajar


Hace un rato le comentaba en su blog a una amiga que cuando dices que estás viviendo en Paris, todo el mundo imagina lo glamoroso de tu vida. Que desayunas en los jardines de María Antonieta, almuerzas mirando el arco del triunfo y tomas el café d’apres-midi mirando la torre eiffel. Pero no. La vida es mucho más normal de lo que se quisiera imaginar, y algunos días, como me ocurrió la última semana, sólo quieres quedarte en casa y ver cómo entra el viento que trae a pasos agigantados el invierno.
Cuando viajas te encuentras cara a cara con los fantasmas, como dice la Ji. Tb le contaba que desde que llegué acá he soñado muchísimo. Mucho y de las cosas más diversas. El inconsciente a full todo el rato. Como si se aprovechara este momento de silencio e incertidumbre de tu vida, para saldar alguna cuentita pendiente. Y hasta eso, que puede provocar cierto nivel de angustia, igual se agradece a la larga.
Estar en Paris es mucho más que ver los miles de museos, exposiciones, cafés o el estilo de vida francés. Es también encontrarse con todo tipo de culturas, donde la africana es un grueso componenente, sentirse extranjero, sentir la desconfianza de y al inmigrante, buscar tu lugar, aprender más francés, etc. Ir al supermercado como panorama en la tarde, cocinar y disfrutar de tu cena escuchando la música que quieres escuchar.
Tomar el transporte público con los estudiantes que hablan y ríen de cosas que no puedo entender bien, pero que sin duda, no son muy diferentes de las cosas que hablan lo pokemones en SCL.
Estar en un viaje de largo aliento, es la mejor oportunidad para reafirmar (o buscar en algunos casos), qué es lo que realmente queremos llegar a ser. Y perdonarán mi no-falsa-modestia. Pero eso, aunque lo sepan y lo hayan sabido desde Ulises hasta Madonna, para mí es el mejor descubrimiento ahora.

Foto: Dans une fenêtre du Château de Versailles.