sábado, marzo 19, 2011

Moretón


Hace una semana se pinchó la rueda trasera de mi bicicleta mientras andaba. Eso provocó un accidente leve que me dejó algunos moretones en lugares escondidos y otros visibles.
El más grande fue en el brazo izquierdo, entre el codo y el hombro, un lugar difícil de esconder cuando durante el día la temperatura llega a 30ºC.
Asumido el accidente, y habiendo puesto hielo las primeras doce horas, el moretón ha crecido, se ha expandido y ha ido cambiando de color. Casi una transformación poética, considerando que ya no me duele lo que dolía los primeros días, y que si no fuera por un factor, no me acordaría que el moretón está ahí.
En mi trabajo, en el metro, en la calle, con los amigos, es imposible que no comenten mi moretón. Los más cercanos me preguntan qué me pasó, los desconocidos miran con sorpresa y algunos, no pocos, con compasión. Debo decir que en el brazo contrario, tenía también algunas marcas, que, para mentes sensibles, era posible imaginar perfectamente el chilenamente llamado zamarreo.
Frente a toda esta experiencia sociológica que ha sido cargar con este moretón durante una semana (él no tiene mucha intención de borrarse todavía), ayer, mientras una mujer miraba con una concentración brutal mi herida, pensé en quienes de verdad deben ocultar heridas, tal vez, mucho peores que ésta, por causa de la violencia que su pareja ha ejercido contra ella. Un sólo pensamiento sobre eso, y me inundó una angustia inclasificable. Porque una mujer maltratada físicamente no sólo debe cargar con el dolor de heridas físicas, o las palabras-cuchillos, producto de la violencia psicológica que deben repetirse una y otra vez en su mente. Sino que también seguramente debe intentar, por todos los medios, de esconder las heridas de ambas cosas. No imagino una mujer maltratada, orgullosa de exhibir sus heridas.
Vuelvo a pensar en esa mujer, de cualquier edad, condición social o nacionalidad, y pienso también en todos quienes sueltamente la juzgamos de tonta, de sometida, de tener poco carácter. Incluso sabiendo que es una víctima.
Ha pasado una semana y el moretón ha ido de negro a verde, y de verde a amarillo. El mío se borrará, y la rueda pinchada la reparé el mismo día.
Pienso en la fortuna infinita de mi indiferencia a las miradas de la gente en la calle. Porque sé que mi moretón se borrará, porque sé que fue producto de un accidente real, y no de un maltrato disfrazado de accidente, para esconder uno de los mayores dolores que una persona puede tener.

miércoles, marzo 16, 2011

Si Ha de Triunfar el Fuego Sobre la Forma Fría


De Gonzalo Rojas. Inspirador y volcánico. En espera de su mejoría o su fabuloso descanso...


Si ha de triunfar el fuego sobre la forma fría,
descifraré a María, hija del fuego;
la elegancia del fuego, el ánimo del fuego,
el esplendor, el éxtasis del fuego.


Fuego que cierta noche fue fauna y flora frágil
entre mis brazos. Fuego corporal y divino.
Animal fabuloso. Sagrado. Desangrado.


Novia. Animal gustado noche a noche, y dormido
dentro de mi animal, también dormido,
hasta verla caer como una estrella.


Como una estrella nueve meses fijos
parada, estremecida, muelle, blanca.
Atada al aire por un hilo.


Por un hilo estelar de fuego arrebatado
a los dioses, a tres mil metros fríos
sobre la línea muerta del Pacífico.


Allí la cordillera estaba viva,
y María era allí la cordillera
de los Andes, y el aire era María.


Y el sol era María, y el placer,
la teoría del conocimiento,
y los volcanes de la poesía.


Mujer de fuego. Visible mujer.
Siempre serás aquel paraje eterno.
La cordillera y el mar, por nacer.
La catástrofe viva del silencio.




De "La vuelta al mundo"

En Antología de aire (Santiago, Fondo de Cultura Económica, 1991)

lunes, marzo 14, 2011

Con A

Salir. Sanar. Soñar.

Solfear.

Cantar. Caminar. Calmar

Abrazar. Amar. Mirar.

Viajar. Empezar. Saltar

miércoles, marzo 09, 2011

De Luto


Hace sólo unos momentos me enteré de la muerte de Carlos Böker. Un infarto sorpresivo se llevó de este mundo a un ser increíble. Un señor de las comunicaciones, y una biblioteca de conocimientos de muchas áreas; entre ellas, el cine. Razón por la que la vida me llevó a conocerlo y a tomar té en su casa mágica y maravillosa en la quinta región. Bien podrán decirlo sus alumnos, colegas y cualquier persona que haya compartido con él: era una persona fuera de serie.
Contactando amigos para informarles de la triste noticia, caí en la cuenta que, debido a mi oficio y afinidades, tengo que recordar que grandes amigos, maestros y personas que quiero mucho, me sobrepasan en bastantes años. Y estamos claros que yo un día me iré de este mundo , más temprano que tarde, pero el curso medianamente normal de los acontecimientos, dice que ellos partirán antes que yo. Y me cuesta. No quiero ni pensarlo. Porque los viejos (en el modo más cariñoso del término) que tengo en mi corazón, son viejos y viejas increíbles. Generosos con sus conocimientos, sus andanzas, sus historias de vida, de dolor, de lucha; personas sencillas a quienes les sigue brillando el rostro cuando recuerdan su juventud y siguen haciendo su oficio como si fuera el último día de sus vidas. Con la pasión y serenidad de un maestro.
Tengo mucha pena por la partida de Böker. También la tuve por la de Gustavo Becerra. Dos señores que no alcanzaron a ver publicado, un humilde trabajo que esta jovenzuela realizó junto a su profesora de cine, y que intenta hacerle honor a una generación llena de sueños e ideales, que se jugó el todo por el todo, y que a veces recuerdan sonriendo por la inocencia y pureza de su fuerza de entonces.
Cuando Gonzalo Millán se fue, hice este post.
Ahora tengo la misma sensación. Una tristeza grande por la pérdida de alguien especial, pero la felicidad y el agradecimiento de haberme topado un par de veces con él, para oir sus historias, conocer su lugar; recibir la mejor de las caras que tenemos como seres humanos: la bondad, la experiencia y la generosidad de quien viene de vuelta.
Un salud por Böker entonces.

martes, marzo 08, 2011

8 de Marzo


Varias son las versiones de por qué el 8 de marzo es el día Internacional de la Mujer. No soy estudiosa de la historia del género, por tanto no escribo este post para establecer la verdad histórica respecto a esta fecha. Sin embargo, aprovecho el día para compartir una reflexión.
Como regalo sorpresa, me encontré hoy con este post, escrito por Vinka Jackson. Me hicieron tanto sentido sus párrafos. La descariturización de la mujer: ni histéricas, ni princesas desvalidas; ni madres universales, ni locas descarriadas; ni muy putas, ni muy santas al fin y al cabo. Humanas.
Humanas a las que en la historia de esta humanidad, nos ha tocado duro. Recuerdo lo orgullosa de mi abuela cuando me contó la primera vez que pudo votar. Aún habiéndola perdido a los 14 años, su vida y su historia, siguen siendo un libro que me siento a repasar cuando la vida se pone cuesta arriba. Ella parió y crió doce hijos, trabajó de secretaria parroquial (con una fe que a veces envidio tener), terminó cuarto medio después de los cincuenta, venció su temor a nadar después de esa edad (ejerciendo después como instructora de natación para la tercera edad). Aprendió a tocar guitarra, recibiendo clases de uno de sus hijos (haciéndome creer involuntariamente, que las canciones de Violeta Parra que cantaba, le pertenecían). Y antes de morir, se ocupó de comprar su tumba en su natal San Antonio, de ordenar cada papel de sus 12 hijos, y de despedirse de su amiga de toda la vida.
Ahora que personalmente me encuentro en el quiebre del cuarto septenio, (o el comienzo del quinto, para ser más esperanzadora), el tema de y ahora qué, tal como lo plantea Vinka en su columna, es UN TEMA.
Ser la mejor profesional que puedo ser. Eso lo tengo claro desde que recuerdo haber comenzado a vivir. Seguro que es una herencia familiar, donde mi abuela tiene mucho que ver. Pero en medio hay toda una sociedad preguntando: ¿y la familia? ¿y los hijos? ¿y la pareja? y ¿el pinche reloj biológico? ¿y el éxito? ¿y cuándo vas a sentar cabeza? (dice preocupado mi padre a los 81 años) ¿y, y, y? Y es fácil decir "Deja de escuchar las presiones sociales y dedícate a hacer lo que tú quieres ser". Suena bastante más fácil que la lucha diaria que se debe llevar con esto de ser una mujer completa e integral. Una "Multimujer" según dice imbécilmente una publicidad que odio. No digo que los hombres no tengan que luchar con estereotipos también (no creo que tener que cumplir con el rol de macho proveedor sea más fácil y tranquilo que lo que nos toca a nosotras). Pero a mí me tocó ser mujer. Y en esta edad es donde el reloj comienza a correr; e independientemente de las presiones sociales, no dejo de preguntarme una pregunta fácil de hacer, pero no sé si tan fácil de responder: ¿Qué mujer quiero ser?