martes, mayo 17, 2011

Todavía Tengo Veinte: Mi Primer Contorno de Ojos


No es novedad que la sociedad es cruel. Exponencialmente cruel con el género femenino. Una selva despiadada y frívola con quien se escapa del canon joven-flaca-exitosa (y ojalá siempre de buen humor).
Hoy día quiero hacer mi frívola declaración de principios: todavía tengo veinte (sí, ya sé, estoy rasguñando los treinta, pero no me importa), y mientras me entero que mis amigas tienen guaguas y están embarazadas (una guagua siempre es una bendición, dice Magdalena mi madre), yo me compré mi primera crema de contorno de ojos.
Algún antepasado (vaya a saber una si árabe o sefaradí), me hizo heredar ojeras que se han acentuado con mi apurado estilo de vida actual, y mi eterna falta de sueño. Entonces decidí que había llegado la hora y fui por mi producto ad-hoc.
Decidí empezar por lo más natural y bio posible: un gel de rosas y aloe bio. Todo bien Bio. No probado en animales, ni con muchas equis "x" en los compuestos y que me rejura en la caja en un alemán muy verde, que es un producto de agricultura biológica.
Gracias a Dior aún puedo darme el lujo de probar cremas Bio antes de siquiera pensar en meterme una jeringa con toxinas. Estoy segura que el uso de elementos químicos invasivos, como el bótox por ejemplo, tendrán una consecuencia que nuestras inocentes generaciones aún no han visto. Así que mientras, les voy contando qué tal me va con las cremas (al menos mientras me sigan rondando los veintisiempre).

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