lunes, marzo 31, 2008

Dime Qué Hueles y Te Diré Quién Eres


Dentro de nuestro cerebro existen infinitas áreas que guardan las más curiosas cosas. Recuerdos sin sentido, otros con demasiado, canciones inservibles, sabores, olores, sonidos e incluso sensaciones medias inexplicables, que ya sabrá Freud por qué diantres se almacenaron para quedarse.

Personalmente creo fielmente que cada ser humano tiene uno de los sentidos más desarrollados. Convencida estoy por ejemplo que tengo el oído con un desarrollo superior a los otros sentidos, seguramente a causa que llegué tarde a la repartición de buena vista, derivando a la fila de los miopes. Escucho los pitos que espantan palomas, escucho una conversación en la mesa del lado (mi diversión en el casino del colegio de hecho, era con mi partner que tenía la misma oreja que yo, enterarnos de todo mediante las charlas ajenas), el volumen excesivo de cualquier cosa me molesta, y no hay pelambre o susurro (a veces con un gran perjuicio personal) que se me escape.

Bueno, aún así, no es eso de lo que quiero hablar.

Hace un par de semanas le regalaron a mi hermana chica un perfume. Un perfume que estuve buscando años, y que prácticamente no lo venden en Chile. Destapé la botella y guaaaaaaaau! Se me vinieron encima los años noventa, cuando era scout y mi guía de patrulla usaba ese perfume. En dos segundos recorrí los sábados con pañolines, los campamentos de verano, y un sinnúmero de ñoñeces adorables de esa época.

Comencé entonces a pensar en todos los olores que me llevaban a lugares, y sin pasaje ni nada me puse a viajar.

Me acordé de una vez que había terminado con un pololo. Tenía el corazón destrozado, y en un pasillo de mall me topé con un hombre que tenía su olor. Lo seguí como un perro que encontró la cola que marcó su territorio. El olor era una mezcla nada de romántica en verdad (los misterios del amor son infinitos): cigarro, desodorante en spray y chicle celeste. Ese día maldije haber salido de mi casa. Cualquier hombre con esas tres mezclas era un posible ex pululando por ahí.

Los ejemplos son miles: el olor del anís me recuerda los dulces que mi mamá me daba cuando chica, sacados mágicamente de su cartera. El olor del pesto me lleva a mi visita a Roma. El olor a sopaipillas de la calle me remite inevitablemente a los viernes en la tarde en la USACH. El olor a pescado frito me recuerda a mi nana de infancia; la tierra mojada por la lluvia, a los veranos en Caburgua, la cazuela de gallina a Ercilla y el asado a Septiembre.

Cada perfume embotellado que he tenido, también está marcado por una época de mi vida.

Hace un tiempo atrás leí la noticia que habían creado un banco de semillas en Noruega capaz de resistir terremotos y ataques nucleares. Cada nación o país que quisiera, podía ir a dejar las suyas allá para prevenir su extinción.

¿Se imaginan un banco de olores? Uno que guarde sus recuerdos de olor a café, a determinado perfume, e incluso a un olor que se quedó entrampado en tus sábanas?!

Guau. ¿Qué guardarías?

Mientras tanto, podemos disfrutar de la sorpresa. Del asombro que nos puede producir el solo hecho de pasar por un lugar, por el lado de alguien, o destapar una botella que nos haga viajar de manera tan fugaz y tan gratuita.

7 comentarios:

L Mery dijo...

que guardaria? lo siento, no puedo decirlo.... pero es un olor que, mas que olor, es un mundo entero.
Shidi tb estudie en la Usach, lo mio fue linguistica y traduccion, sali el '99... claro que los olores que me hacen retroceder a esos tiempos son ooooootros, jaja. saludos y un abrazo!

Anónimo dijo...

Me pasa lo mismo...el olor de mi madre es fundamental, tanto que a mi examenes de derecho siempre iba con alguna prenda de vestir suya y por arte de magia venía la calma. Pero a veces es triste ir caminando por la calle y encontrarte con un aroma que sentiste alguna vez y dificilmente puedas llegar a sentir...todavía añoro a un hermoso hombre de Conce, después de más de 10 años...en realidad no se si a él o a su aroma.
Saludos Shidi.

Nati dijo...

el de la gaby?
dime dime dime

Shidi ! dijo...

l mery: sí, tb son otros los aromas de mi querido pregrado, jajajaja...

anónimo: él es su aroma, lo fantástico es que son los sentidos lo que lo recuerdan... no tiene q ver con la cabeza, sino con lo más bacán... la piel, los sentidos

nati: si po, el de la gaby!!!

Nati dijo...

yo tb tenía eso en mi memoria, ese color tan de la gaby.
me recordaría mi primer año en la compañía, que antiguo, que tierno.

Nati dijo...

color, error.
olor*

Anónimo dijo...

BUEN POST AMIGA
LO AME

YO ME QUEDO CON UN OLOR NUEVO....
DE QUIEN SERA?


JA!