martes, abril 07, 2009

Crisis 2.0 y El Valor del Matiz


De pronto, en un par de minutos no más, me pongo a pensar en todas las cosas que venimos escuchando hace tanto tiempo sobre la crisis. Hace tiempo me refiero, tipo inicios del año 2007 cuando leí una columna de alguien muy bien informado, que afirmaba que la crisis venía con todo, y que no sería una crisis cualquiera. No me acuerdo quién fue el que escribió aquello. Pero lo que sí recuerdo, es que reflexioné sobre la idea de una crisis diferente.

Por un lado lo encontré una ilusión. Porque los seres humanos (los más occidentales al menos)nos caracterizamos por olvidar rápidamente, leer poco y nada de historia, y buscar el momento, lugar o episodio "único" que nos marque como generación. Pero en mi humilde trabajo como investigadora_historiadora, basta estar un par de días leyendo prensa de principios de siglo XX, o cualquier época medianamente lejana, para darse cuenta que los problemas sociales son los mismos, básicamente generados por las mismas razones: Los que tienen mucho quieren tener más, y alguien debe pagar por ello. De ahí los eternos temas: pobreza, inequidad, reemplazo de la justicia social por la caridad, ceguedad ante la llegada al poder, etc... La condición humana que le dicen.

Por otra parte, también tuve esa sensación, corroborada hoy por los cientos de comentarios que escuchamos a diario sobre esta crisis, que el asunto tenía una particularidad.

Se comprende que toda crisis genera un cambio, una transformación (Crisis viene de Cretae, que es crecer según me enseñó un profesor), y todas las que se han sucedido, han acarreado algún tipo de transformación para los seres humanos. En la que estamos sumergidos ahora, trae consigo un bonus que, creo, sólo veremos a largo plazo: un cambio de paradigma. No quiero ponerme Gramsciana, ni Hegeliana, ni Marxista, ni nada (no los conozco lo suficiente como para adentrarme en ese tipo de retóricas), pero no tengo ninguna duda que este cambio es el fin de ese capitalismo neoliberal que nació en el siglo XX y que apostaba por la milagrosa autoregulación del mercado mediante la oferta y la demanda. No, así no funcionó la cosa. Hasta los antiguos Chicago Boys buscan hoy una forma de tapar el hoyo de la librecompetencia (ni hablar de colusiones, monopolios y esas cosas).

Tampoco funciona, como hemos podido ver, un Estatismo total. Ni blanco, ni negro. ¿Es que nos cuesta tanto a los seres humanos comprender y poder llevar a la práctica el valor del matiz? Y no es que diga que esta sea una idea nueva. Para nada. Pero nos ha costado un buen tiempo poder llevar esta idea a la práctica.

Hoy día todo el mundo discute, y mucho. Que fue culpa de Bin Laden y las torres. Que fue culpa de Bush y su obsesión ridícula de ganarle al terrorismo (con más terrorismo). Que fue culpa de la banca privada y la especulación; de las clases medias aspiracionales, de las políticas económicas de USA. Hoy leí en el diario que se le ha culpado a Harvard por no enseñarle a sus alumnos cómo podía enfrentarse esta crisis (!) Y es bueno que se discuta. Siempre y cuando se asuma la responsabilidad que cada sector tiene en el derrumbe de un sistema que venía generando cánceres hace tiempo. Pero los seres humanos somos muy especiales. Por un lado tenemos la necesidad absoluta de vivir junto a otros para poder subsistir, pero por otro, un absurdo individualismo que nos ciega. Hasta que nos topamos con la necesidad de cambio.

Pero un cambio en serio. No partiendo de la nada, ni creyendo que nadie ha sufrido lo que nosotros. Tampoco un cambio culpando al otro de todo lo que hizo y pudo haber hecho. El tema es el cambio y el matiz. El matiz de aprender que existe un paso a paso y que nadie, por genio que fuere, aprendió a caminar ni a hablar cuando salió de la guata de su mamá. Algo que suena tan elemental, pero que a su vez tiene tantas minucias de las que es posible aprender.

1 comentario:

Daniel. Te invito a visitar http://eldeportero.wordpress.com dijo...

Yo concuerdo contigo en que esta crisis, nos guste o no, va a llevar consigo un cambio radical en lo que pensamos como modelo económico, en un debate que ya se está armando. Quizás se deberá llegar a un punto intermedio entre el sistema neoliberal y el comunismo.
Saludos