domingo, diciembre 09, 2007

Dime



¿Qué se ama cuando se ama: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

pd: Con el permiso de Don Gonzalo (Rojas), pero una que es atea, parafraseé este poema sacándole algunos Dioses. Así se lo dejamos digamos... emm... al ¿Universo?

1 comentario:

Marcelo dijo...

No soy ateo, pero se lee bastante mejor el poema sin tantos "oh Dios". Por lo menos no le quitaste el "oh Dios" de la 3ª estrofa, ahi si hubiera quedado cojo el poema.

Saludos
Marcelo