Esta frase de la sabiduría popular, no la discutiré en su esencia. La encuentro bastante cierta... Hay momentos en que nos sentimos plenos, felices, dichosos de tener la vida que nos tocó vivir. Una siesta con quien amamos, un abrazo de un(a) amigo(a) que no veías hace tiempo, una reunión con personas que quieres, una pregunta en una clase bien hecha, un buen trabajo presentado, el nacimiento de un(a) hijo(a), etc... Todos esos son momentos de felicidad que van construyendo nuestra vida. Pero dos alcances que hacer...
El primero, es que si bien la felicidad son sólo momentos, esos momentos se quedan a veces mucho tiempo con nosotros como oasis ante las penas y adversidades. Cuando alguien que queremos mucho por ejemplo se va lejos, ya sea dentro o fuera de este mundo, nos quedan los momentos hermosos, que en nuestra mente son para siempre, a menos que nos venga una especie de amnesia o alzheimer que nos desordene la cabeza. Comprendo absolutamente el sentido de decir que la felicidad son sólo momentos... tiene que ver con el ancestral tópico de Carpe Diem... Disfrutar el momento de dicha, porque éste luego se irá... Pero a pesar de esto, considero válido recordar que disfrutamos el minuto feliz, y no somos como en Memento, no olvidamos tan rápidamente si el momento que vivimos fue realmente feliz.
El segundo alcance que quiero hacer es bastante menos idílico y romántico que el anterior. Y se refiere al tema de los costos. Vuelta a la realidad. Los momentos felices muchas veces se pagan bieeen caros y en incómodas cuotas mensuales. Bueno he ahí una razón por la cual el llamado a disfrutar el happy minute es totalmente válida.... si no disfrutas esa hermosa reunión con tu gente querida que quizás más adelante no te hará pasar buenos momentos, o si no disfrutas esa siesta con tu amado(a), que más adelante puede transformarse sólo en recuerdo... tendrás que pagar esas incómodas cuotas mensuales (a veces a largo plazo) de todas formas. Entonces entre pagar sin disfrutar, y disfrutar a concho, para después ponerle el pecho a lo que viene... me quedo con lo segundo, lejos.
Nadie prometió un jardín de rosas, es cierto, pero para qué dejar de disfrutar de la felicidad, que aunque sean sólo momentos, nos deja algún sabor de que lo que hicimos tuvo sentido, de que andar caminando por estos lados no es un sinsentido constante.
A ver si me inspiro y tiro una conclusión de esta trilogía analítica de frases populares. Jajaja, nada ambicioso, cosas q zapatean en la cabeza por algunas experiencias vividas supongo.
3 comentarios:
Excelente post, como se está haciendo costumbre en este blog.
Totalmente de acuerdo con esto. Está claro que es emjor hacerle frente a las adversidades sabiendo que detrás de eso, hubo algunos momentos buenos, que vale la pena llevar dentro.
Además, las siestas contigo son inolvidables para mí.
laladilla.blogspot.com
otra vez... completament d acuerdo, q cierto es q dbemos saber a provechar todos los minutos d felicidad q nos entrega la vida, xq nada puede asegurarnos q durarán x siempre o q se volverán a repetir... y si tnemos q pegarnos el porrazo hay algo q, talvez mínimamente, lo va a saber amortiguar...
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