
No es que anduviera desiquilibrá por la vida los últimos meses que tuve que repartir mi tiempo en dos trabajos, los estudios y etc, etc... bueno tal vez un poco... pero resulta que mi contrato en la peluquería de cadena terminó y no me lo renovaron (claro después del tercer mes te tienen que hacer uno indefinido parece), y bueno, para que estamos con cuentos, eso claramente no era mi ámbito de especialidad.
Entonces esta semana tuve que volver a rearmar mi tiempo, y a volver a equilibrar los espacios, que andaban demasiado ajustados.
Me dio lata quedarme sin trabajo, no lo voy a negar, específicamente por dos cosas; una porque me avisaron el mismo día que estaba despedida, y otra porque la plata me permitía ser un poco más independiente. Pero shastá... lo positivo es que tengo más tiempo para ver a quienes más quiero, para ir al cine sin dormirme, para ir un sábado a un museo, y sobretodo para CREAR.
Pensé desesperada que se me había agotado la neurona de la creatividad, pero linda fue la sopresa cuando se me vino a la mente (días posteriores a mi despido) un tema para el largometraje de fin de año. Sí pues, largo de titulación del Postgrado, que contra viento y marea, sigue en pie.
Entonces me acordé de un discurso de Steve Jobs que me mandó
Sanfe una linda tarde como ésta... Gracias a que a Jobs lo echaron de una empresa, existe MAC.
Guardando las proporciones... ¿Cómo no pensar en los cambios como una posibilidad de reequilibrar la vida?