viernes, agosto 29, 2008
Larga Distancia
Balbuceamos como bobos
Y en seguida callamos,
La boca del uno en la oreja del otro, gracias
A este interpuesto aparato
Tanto que decirnos
Y no saber cómo. Llamamos
A través de los océanos
Como anónimos perversos
Sólo para oirnos acezar
Y escucharnos los alientos
Después tu voz repitiendo
Tengo que colgar
Tengo que colgar y el ojo
Vacío de una aguja inmensa
Enhebrando el hilo telefónico
Para coserme los oídos
Con tu silencio
Gonzalo Millán (De "Trece Lunas", 1997)
Ahora, además del teléfono, existe Skype.
Incluso puedo ver su cara allá, al otro lado del atlántico. Pero es lo mismo. Así como el auricular retumbaba con los latidos de Millán, el Skype tiene entre sus redes mi corazón expectante.
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